El 19 de agosto de 1922 sale a la luz el decreto que autoriza el servicio de giro telegráfico en el territorio nacional e internacional, aunque este último a menor escala.
Telégrafos tuvo un servicio pionero, el giro telegráfico, que se anticipó a los bancos con las transferencias bancarias, y permitió en los años 50 y 60 del siglo pasado que los inmigrantes enviaban dinero, en pocas horas, a sus pueblos de procedencia, y que muchas familias remitieran dinero a sus hijos que estaban haciendo el servicio militar.