El 15 de junio de 1942, se aprueba la distribución de correspondencia exclusivamente urbana a empresas privadas, si bien fue a partir de los años 60 cuando la liberalización comenzó a ser efectiva.
La correspondencia urbana ha estado tradicionalmente abierta a la competencia. En el caso concreto de las actividades postales tradicionales, el segmento verdaderamente rentable, el de correspondencia urbana, ha estado liberalizado desde la década de los sesenta y contó con un elevado grado de competencia en comparación con otros Estados miembros de la Unión Europea.
Durante dicha década, la sociedad española experimentaba un creciente desarrollo económico, merced al cual sus necesidades de comunicación por el canal postal y la calidad requerida a las mismas se incrementaron hasta niveles que no eran cubiertos satisfactoriamente por el operador postal público.
Algunas de las empresas privadas que han distribuido correspondencia urbana han sido ASEMPRE, Esabe Distribución, Vía Postal y Unipost.