Alexander Graham Bell (1847-1922), escocés de nacimiento, fue logopeda, inventor y científico, conocido mundialmente porque patentó en 1876 el teléfono en los Estados Unidos, aunque el aparato ya fue inventado anteriormente por el italiano Antonio Giuseppe Meucci.
Creó la Bell Telephone Company en 1877 para implantar el teléfono a escala internacional, convirtiendo el teléfono en un medio de comunicación de masas pero siempre batallando contra las 600 demandas que tuvo que lidiar para demostrar la licitud de su patente durante 18 largos años, litigios que consiguió ganarlos todos.
Graham Bell patentó el teléfono en la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos el 7 de marzo de 1876, en Washington, con la patente nº 174.465, la cual dicta que «el método y el aparato para transmitir los sonidos vocales u otros sonidos telegráficamente … causando ondulaciones eléctricas similares en forma a las vibraciones del aire que acompaña a dicho sonido vocal u otro sonido.»
Tres días después, el 10 de marzo de 1876, Graham Bell consigue que su teléfono funcionara durante un hecho anecdótico: le cayó ácido en sus pantalones y llamó por teléfono a su ayudante Thomas A. Watson que se encontraba en una habitación contigua, pronunciando la famosa frase: «Señor Watson, ven aquí, quiero verte». Watson escuchó por primera vez las palabras de Graham Bell de manera nítida.
Graham Bell fue progresando en el desarrollo del teléfono, consiguiendo primero una llamada telefónica entre la oficina de telégrafos de Mount Pleasant hasta Brantford, a 8 kilómetros de distancia, el 3 de agosto de 1876, demostrando que el teléfono funciona a largas distancias.
G. Bell y sus socios quisieron vender la patente a la Western Union por 100.000 dólares. Su presidente rechazó la oferta, considerando que eso no era más que un juguete, pero dos años después se arrepintió y ofreció 25 millones de dólares por la patente… Bell lo rechazó. Presentó el invento, entre otras personalidades, al presidente de los Estados Unidos Rutherford Hayes y a la reina Victoria de Inglaterra.
En 1892, se inaugura la línea de larga distancia entre Nueva York y Chicago, cuya fotografía está expuesta en la Sala de Telegrafía del Museo Postal y Telegráfico.
Cabe destacar que entre los litigios que tuvo que sufrir la Bell Telephone Company, destaca el interpuesto por Antonio Meucci, pues realmente inventó el teléfono en Italia en 1834, pero no pudo presentar sus pruebas en el juicio porque el laboratorio de la Western Union los extravió, precisamente el mismo laboratorio donde trabajó Graham Bell. Finalmente, la Cámara de Representantes de los Estados Unidos resuelve en la resolución nº 269 el reconocimiento de Antonio Meucci como inventor del teléfono.
A pesar de eso, a Alexander Graham Bell se le deben numerosas patentes relacionados con el telégrafo, el fotófono, el fonógrafo y el hidroaeroplano. Inventó técnicas para la enseñanza del habla a los sordos (no olvidemos que fue logopeda) trabajando en investigaciones médicas, y anticipó otros inventos como el compostaje de residuos, los almacenamientos de datos magnéticos, el aire acondicionado y los paneles solares fotovoltaicos.