El 1 de marzo de 1913, Correos comenzó a expedir Tarjetas de Identidad Postal como un medio para acreditar la personalidad en las oficinas de Correos.
Muy pronto se convirtieron en el medio normal de identificación para muchos ciudadanos, ya que su expedición era más sencilla y barata que la Cédula de Identidad, mejorando las gestiones relacionadas con Correos y también la atención al cliente desde 1913.
Estuvieron en vigor hasta el 1 de julio de 1970, una vez generalizado el uso del Documento Nacional de Identidad.