Enero de 1881, ingresa la primera mujer telegrafista

La incorporación de la mujer al servicio telegráfico se produjo por la reforma de 1879, que puso en manos de los telegrafistas cuatrocientas estafetas telegráficas unipersonales, en las que los encargados a partir del 30 de octubre de 1880, podían contratar a sus familiares femeninos: mujer, hija o hermana, con el nivel de auxiliares y con un jornal de 5 reales diarios, algo menos que el sueldo de los hombres. Esta gratificación se cargaría en el capítulo de Material, ya que no se las consideraba funcionarias. El 20 de enero de 1881 fue contratada, en estas condiciones, la primera mujer telegrafista, Josefa Álvarez Portela, esposa del oficial encargado de la estación de Nava del Rey (Valladolid). Cuatro años más tarde, otra circular ampliaba el acceso a viudas o solteras como auxiliares temporeras.

En 1882, se admitió en la plantilla de Telégrafos a la mujer con un salario anual de 625 pesetas, frente a las 1.000 que cobraba la escala más baja del escalafón del Cuerpo de Telégrafos, del que por supuesto quedaban excluidas. En 1909, al aprobarse la Ley de Bases, en la que podía sentirse el espíritu regeneracionista, se reorganizaba a Correos y Telégrafos, y la mujer se incorporó definitivamente como funcionaria, accediendo por oposición, a la escala auxiliar femenina. La primera oposición exclusiva para mujeres en Telégrafos se convocó el 15 de Julio de 1909, para cubrir treinta plazas de Auxiliares Femeninas de 2ª clase. La sufragista, política y escritora Clara Campoamor fue una de las que aprobaron esta oposición. 

La incorporación de la mujer en Correos de manera oficial, se demoró hasta el año 1922. A consecuencia de la huelga de Correos, el gobierno hizo un llamamiento a la población para reducir la repercusión que dicha movilización estaba teniendo. Entre los ciudadanos a los que se invitaba a participar en las tareas de clasificación postal, estaban las señoritas de la buena sociedad, que se prestaron voluntariamente tras la publicación del Real Decreto de disolución del Cuerpo de Correos, que en su artículo 2 establecía la creación del Cuerpo Auxiliar femenino. Por esta vía accedieron a la administración postal un total de 300 mujeres con carácter interino, que posteriormente pasaron a ser funcionarias de carrera tras un examen de trámite.

En la imagen, un grupo de mujeres telegrafistas; entre ellas, Consuelo Álvarez Pool, otra ilustre telegrafista (sentada en el centro).