Joseph Henry (1797-1878) fue un físico estadounidense que enunció el principio de inducción magnética a la vez que Faraday. Inventó el relé, que hizo posible la construcción del telégrafo por Morse. Trabajó con electroimanes y dio a conocer el principio de la autoinducción.
Su vida es paralela en muchos aspectos a la de Faraday. De familia humilde, a los trece años fue aprendiz de relojero. Pagando su propia instrucción, estudió en la Albany Academy, en la que fue profesor de ciencias desde 1826.
En 1825, un zapatero inglés llamado William Sturgeon sacó provecho de los trabajos de Oersted construyendo un electroimán, para lo cual enrolló dieciocho vueltas de hilo de cobre alrededor de una barra de hierro dulce doblada en forma de herradura. Henry se enteró en 1829 de la construcción de este electroimán y creyó que podría mejorarlo: para ello utilizó un devanado con más espiras de cobre que las tuvo que aislar (en esa época no se conocían bien los aislantes) para lo cual utilizó la enagua de seda de su mujer y, efectivamente, consiguió en 1831 un electroimán con una potencia noventa veces superior al de Sturgeon.
En 1832 le nombraron catedrático de la Universidad de Princeton. En 1835, haciendo experiencias con electroimanes, inventó el relé electromagnético y planteó la idea de que podía utilizarse para mandar información a distancia; realmente estaba asentando el principio del telégrafo, que lo patentaría más tarde Morse en 1838 (de hecho Henry ayudó a Morse sin reservas, ya que éste carecía de formación científica).
Henry, estando en la Academia de Albany, descubrió también en agosto de 1830 (aunque no publicó sus resultados) el principio de inducción magnética adelantándose a Faraday, pero fue éste el que lo publicó en 1831 y tiene por ello el mérito de su descubrimiento. Analizó el fenómeno de la autoinducción en 1834, adelantándose en este caso a Faraday.
En 1846 se creó la Institución Smithsoniana y Henry fue elegido como primer secretario de la misma, revelándose como un administrador científico de primera clase. Hizo que la Institución fuera un foro de ciencia y animó a que hubiera una comunicación científica a escala mundial. También fomentó la creación de nuevas ciencias en EE.UU. Por ejemplo, se interesó por la meteorología y aplicó el telégrafo para obtener informes de las condiciones climatológicas de toda la nación. El Observatorio Metereológico de los Estados Unidos se fundó basándose en el sistema que él había planteado.
En homenaje a su figura, el Congreso Internacional de Electricidad del año 1893 celebrado en Chicago acordó que la unidad de autoinducción llevase el nombre de henrio.