Benjamín Franklin (1706-1790) fue un político, científico e inventor estadounidense, nacido en Boston.
Su afición por temas científicos empezó a mediados del siglo XVIII, y coincidió con el comienzo de su actividad política. Estuvo claramente influenciado por científicos coetáneos como Isaac Newton o Joseph Addison. A partir de 1747 se dedicó principalmente al estudio de los fenómenos eléctricos. Enunció el Principio de conservación de la electricidad. De sus esfuerzos nace su obra científica más destacada, «Experimentos y observaciones sobre electricidad«.
Presentó la Teoría del fluido único (esta afirmaba que cualquier fenómeno eléctrico era causado por un fluido eléctrico, la «electricidad positiva», mientras que la ausencia del mismo podía considerarse «electricidad negativa») para explicar los dos tipos de electricidad atmosférica a partir de la observación del comportamiento de las varillas de ámbar, o del conductor eléctrico, entre otros.
En 1752 llevó a cabo en Francia su famoso experimento con la cometa: ató una cometa con esqueleto de metal a un hilo de seda, en cuyo extremo llevaba una llave también metálica. Haciéndola volar un día de tormenta, confirmó que la llave se cargaba de electricidad, demostrando así que las nubes están cargadas de electricidad y los rayos son descargas eléctricas. Gracias a este experimento, creó un año más tarde en 1753, el que fue su invento más famoso, el pararrayos, aunque solo en Estados Unidos, ya que en Europa lo inventó el checo Prokop Divis.
Fue promovido a director general de Correos para las colonias británicas en 1753, habiendo sido maestro de postas de Filadelfia durante muchos años, y esto le permitió establecer la primera red nacional de comunicaciones. Durante la Revolución, se convirtió en el primer general de Correos de los Estados Unidos.