Enero de 1777: se publica la Real Ordenanza del Correo Marítimo

El 26 de enero de 1777 se publicó la Real Ordenanza del Correo Marítimo por el rey Carlos III, que estuvo vigente hasta la Guerra de la Independencia. La elección de La Coruña estaba relacionada con el deseo de liberalizar el comercio, pues un año más tarde Cádiz perdió el monopolio del comercio con América.

Si desde el descubrimiento de América el correo había sido transportado por las flotas y galeones que unían España con las colonias, en 1764 se creó el sistema de Correos Marítimos, por el Reglamento Provisional del Correo Marítimo de España a las Indias Occidentales, para el intercambio de correspondencia entre ambos territorios trasatlánticos. La sede de la nueva institución se ubicó en La Coruña, situándose la Administración principal de recepción en La Habana, y se regularizó la frecuencia de las expediciones.

La Real Ordenanza del Correo Marítimo trata de dar unidad a las diversas órdenes y normativas que, expedidas en distintas fechas y por circunstancias coyunturales, se habían dictado hasta el momento. Con ella se estableció un verdadero cuerpo de ley estando compuesta por cinco tratados subdivididos en títulos. Esta Real Ordenanza confiere la máxima autoridad de los Correos Marítimos y Terrestres al Superintendente General de Correos y Postas con el rango de Primer Secretario de Estado. Se le encarga también al superintendente general el hacer cumplir estrictamente la Real Ordenanza.

Por otra parte, la misma se ocupa con cumplido detalle, tanto de la organización del tráfico marítimo postal como de regular exhaustivamente las dotaciones de todos los elementos técnicos y humanos necesarios, así como de las existencias en reserva de ellos. En este sentido y en lo que respecta al tráfico de naves, tiene un papel importantísimo el Administrador Principal de La Coruña, desde donde partían mensualmente los paquebotes con destino a América.

A primeros de cada mes salían los Correos con destino a La Habana y Nueva España y los días quince de febrero, abril, junio, agosto, octubre y diciembre hacia Buenos Aires y El Perú, en donde se nombraban también Administradores Principales para el Correo Marítimo en su ámbito de influencia.

Era también del cargo del Administrador Principal de La Coruña, el nombramiento de contramaestres, guardianes, marineros, artilleros, capellán y cirujano. Antes de salir cada paquebote, el Administrador reunía a los capitanes y pilotos que hubiese en el puerto para acordar sobre la conveniencia de hacerse a la mar. Además se daban instrucciones en estas Ordenanzas, sobre la vigilancia e inspección a ejercer en la Aduana con objeto de que no embarcasen personas sin autorización.

Se especifica con claridad los distintivos de los navíos-correo, ya que en las banderas y gallardetes de los mismos, portaban el escudo de las armas reales orlado con el Toisón de Oro sentado sobre dos ramas de palma y olivo, cuyo objetivo era identificarlos en caso de naufragio o hundimiento por ataque enemigo. No obstante, los barcos estaban sometidos al reconocimiento de los guardacostas para evitar el abundante contrabando de falsos barcos correo.

En la Biblioteca del Museo Postal y Telegráfico se halla un ejemplar para consulta de investigadores y público en general.

Sello emitido por Correos en 2008, dedicado a la Real Ordenanza del Correo Marítimo de 1777.