Enero de 1850, se emite el primer sello de España

El 8 de enero de 1850, Correos emite el primer sello de España, denominado seis cuartos negro (seis cuartos por su valor facial y negro por su color), con la efigie de la reina Isabel II.

Como antecedente, cabe decir que hasta que en 1840 el inglés Rowland Hill propusiera a la corona británica la fabricación de una pequeña estampilla con valor de franqueo, el sistema de pago de la correspondencia era por medio de un precio tarifado que pagaba el destinatario de la carta. El primer sello del mundo es el denominado penny black (penique negro) en el que figura la imagen de la reina Victoria, soberana del Reino Unido, con un valor facial de un penique. De inmediato, el sistema fue extendiéndose a otras naciones europeas y americanas, incluyendo los territorios ocupados por las potencias coloniales del momento.

Ya en España, en 1843, se dieron las primeras órdenes para estudiar nuevos métodos de franqueo de la correspondencia y, por fin, el 24 de octubre de 1849, se aprobó un Real Decreto que establecía un nuevo método y precios para el franqueo y certificación de la correspondencia. Para animar al público a su utilización, se abarataron las tarifas para aquellos que franquearan con sellos, manteniendo las tarifas de 1845 para los que franquearan en destino. Pero se impuso, desde este mismo momento, que la correspondencia certificada fuera obligatoriamente franqueada con las nuevas estampillas. Este sistema dual de pago se mantuvo entre 1850 y 1856, con una marcada tendencia a imponerse poco a poco el sistema de franqueo previo sobre el pago en destino. A partir del Real Decreto de 19 de febrero de 1856, se estipuló como obligatorio el franqueo previo de toda la correspondencia desde el 1º de julio de ese mismo año, estableciéndose reglas legales para su cumplimiento.

La fabricación de los sellos estaría a cargo de la Fábrica Nacional del Sello, dependiente del Ministerio de Hacienda, y su expedición o venta en los estancos del Reino. En la primera emisión española de 1850 se utilizó el sistema de litografía para su impresión y sin dentar (desde 1865 los sellos españoles siempre han sido casi siempre dentados). La efigie representada en el primer efecto filatélico fue la de la reina Isabel II y los valores faciales de los sellos fueron de seis y doce cuartos para la correspondencia ordinaria y de cinco, seis y diez reales para la correspondencia certificada.

Había sellos con diferentes valores faciales: 6 cuartos de real en color negro, 12 cuartos en color lila, 5 reales en color rojo, 6 reales en color azul y 10 reales en color verde. La efigie de la reina se convierte así en la imagen de la serie básica de Correos en aquella época, y es el único motivo usado en los tres primeros años. En total son 80 sellos, emitidos entre 1850 y 1868, los que presentan su imagen.

Para la estampación del seis cuartos se utilizaron dos planchas distintas: la primera con 24 tipos diferentes (6 x 4) en los que las letras «T» y «O» de la palabra CUARTOS están separadas, y la segunda, con 40 tipos (8 x 5), en las que la «T» y la «O» están ligeramente unidas.

En la Sala de Filatelia del Museo Postal y Telegráfico se encuentra expuesta una muestra de los primeros sellos de España, para disfrute de los visitantes.